En la II República española,
el primer Ayuntamiento republicano (electo
el 12 de abril de 1931), estaba presidido por el señor Alcalde, don
Pedro María Mancha Godoy, e integrado por los señores Francisco Cerrato Gil,
Dionisio Ponce Casablanca, Robustiano Crespo Ramos, Pedro María Vivas Moreno,
Francisco Godoy Suarez y Mateo Carrión Camarero; todos ellos concejales
pertenecientes a partidos agrarios de derecha. Además de los concejales Manuel
Vivas Fernández y Benito Cabecera del Amo, ambos pertenecientes al Partido
Socialista Obrero Español.
En el año de 1933, acordaron
en Pleno instalar un reloj municipal para lo que pidieron asesoramiento al
relojero emeritense, Don Luis Pirroncelli, y a la casa relojera “Blasco y
Liza”, con el fin de que estudiaran el posible emplazamiento del reloj en las
Casas Consistoriales. De estas visitas quedaron constancia en las actas de
plenos municipales celebrados en el mes de marzo que dicen lo siguiente:
“Acto seguido se
acordaron los siguientes pagos.
... Al fondista don
Julio González, la cantidad de tres pesetas importe de una comida servida por
cuenta de este Ayuntamiento al relojero don Luis Pirroncelli que fue solicitado
por la Alcaldía para estudiar el emplazamiento de un reloj municipal en las
Casas Consistoriales....”
“Acto seguido se
acordaron los siguientes pagos.
... Al fondista don
Julio González Pérez, la cantidad de siete pesetas y cincuenta céntimos importe
de comidas y cama facilitadas por cuenta de este Ayuntamiento al mecánico de la
Casa Constructora de relojes ‘Blasco y Liza’, y solicitado para asesorar sobre
el emplazamiento de un reloj en estas Casas Consistoriales...”
Estos dos expertos,de
acuerdo con el Consejo Municipal, decidieron como lugar más apropiado, la
construcción de un torreón sobre el tejado donde acaban las escaleras de acceso
a la segunda planta de las Casas Consistoriales. Para ello, en el mes de mayo
comenzaron a acometerse las obras pertinentes de albañilería y herrería para
fijar de forma permanente el reloj y su maquinaria.
“Acto seguido se
acordaron los siguientes pagos.
... Al Depositario
Municipal la cantidad de treinta y tres pesetas y cincuenta céntimos importe de
los jornales de carro y peones invertidos en la traída de las viguetas de
hierro y materiales de construcción desde la estación del ferrocarril y extraer
y acarrear la arena para edificar el cuarto y torreón para el reloj según
cuenta presentada...”
“Acto seguido se
acordaron los siguientes pagos.
... Al herrero Emilio
García Patón, la cantidad de ciento seis pesetas y cincuenta céntimos importe
del hierro y trabajo invertidos en el arreglo y colocación de varias piezas
para la armadura de las escaleras y cuarto del reloj según recibo
presentado...”
“Al carpintero Germán
encinas, la cantidad de ochenta pesetas importe de dos escaleras de tablón
fuerte para subir al cuarto del reloj y un portón para dicho cuarto, según
factura presentada...
En agosto, la Sociedad de
los Ejidos denominada ‘Labradores de Villagonzalo’ compró el reloj donándolo al
Ayuntamiento, procediendo éste último a la
compra e instalación de un pararrayos en el mismo lugar, según lo recogido en el
libro de actas del día 18 de dicho mes.
“... Seguidamente el
Señor Presidente dijo: Que vista la necesidad de realizar en estas Casas
Consistoriales, las obras necesarias para la instalación del reloj donado al
Ayuntamiento por la Sociedad de los Ejidos, denominada ‘Labradores de
Villagonzalo’; cuyas obras deberán elevarse necesariamente por encima de todos
los edificios que le rodean; teniendo en cuenta la atracción que los metales
ejercen sobre las chispas eléctricas y que el torreón que debe construirse
domina todas las dependencias Municipales y las dos escuelas de niñas como
saben bien los Señores Concejales, entiende que es de absoluta necesidad
instalar un pararrayos en dicho torreón, a fin de preservar a dichas
dependencias y Escuelas de los terribles efectos de las descargas eléctricas.
El Ayuntamiento
mostró su asentimiento a lo propuesto por su Presidente, y tras de breve
deliberación acuerda por unanimidad.
1º.- Aceptar
agradecido, la donación del reloj hecha por la sociedad de los Ejidos,
denominada “de Labradores de Villagonzalo’ a la cual se le da un voto de
gracias.
2º.- Que se proceda a
construir, por administración el torreón y las obras complementarias que se
consideren precisas para la instalación del reloj municipal de referencia.
3º.- Autorizar al
Alcalde Presidente para que, por gestión directa, adquiera un pararrayos que se
colocará en el campanario del repetido reloj a fin de preservar a las Oficinas
Municipales y a las Escuelas Nacionales de niñas, de las descargas atmosféricas.
4º.- Que para
afrontar los gastos de dichas obras y para la adquisición y colocación del
pararrayos se proceda a la confección de un presupuesto extraordinario a nutrir
del remanente resultante de la liquidación del ordinario del año anterior...”
Durante cinco décadas el
torreón, con su reloj y campana, estuvieron luciendo en lo alto de las Casas
Consistoriales, aunque los últimos años sin funcionar. Este legado, parte del
patrimonio artístico local, fue destruido con la ultima remodelación de este
edificio a comienzo de los años 80’s.
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